Sustancias adictivas
Las sustancias adictivas que no son drogas abarcan desde alimentos comunes hasta comportamientos que, sin implicar sustancias químicas prohibidas, provocan una dependencia psicológica similar.
Las adicciones no relacionadas con sustancias químicas —también llamadas adicciones conductuales o "de proceso"— son patrones compulsivos hacia actividades que activan el sistema de recompensa del cerebro (sistema dopaminérgico), sin que medie ninguna droga. Estas conductas comparten con las adicciones a sustancias rasgos como craving, tolerancia, síntomas de abstinencia psicológica y continuidad a pesar de consecuencias negativas .
Ejemplos frecuentes son: juego patológico (gambling), adicción a Internet y videojuegos, compra compulsiva, adicción al sexo o pornografía, ejercicio excesivo y comida altamente palatable (grasas, azúcares, sal) . Aunque la mayoría aún no figuran como trastornos formales en manuales como el DSM‑5 (solo el juego patológico lo está), hay consenso en que pueden causar impacto clínico significativo .
Estos comportamientos pueden:
Interferir con la vida personal, relaciones, trabajo o rendimiento académico.
Provocar malestar emocional (ansiedad, irritabilidad o depresión si no se llevan a cabo).
Compartir neurobiología con las adicciones químicas, al activar circuitos de recompensa y generar cambios en el cerebro.
Aunque no haya una sustancia, la dependencia puede ser igual de real, intensa y debilitante. Afortunadamente, se dispone de tratamientos efectivos, como la terapia cognitivo-conductual y modalidades combinadas, similares a las empleadas en adicciones a drogas .
El texto ofrece una visión muy clara y actual sobre las adicciones no relacionadas con sustancias. Es importante visibilizar que comportamientos cotidianos, como el uso excesivo de internet o el juego, también pueden generar una dependencia real y afectar significativamente la calidad de vida. Excelente aporte, bien fundamentado y fácil de comprender.
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